martes, 23 de marzo de 2021

El derecho de las mujeres a los espacios públicos


Fotografía: Maite Recalde


Desde la lógica de los derechos humanos, el espacio público está por todas partes. Prácticamente todo lo que nos rodea, incluso las redes sociales, sería espacio público entendido como los lugares en los que se despliegan nuestros derechos civiles y nuestros derechos políticos. La libertad de expresión, de pensamiento, la igualdad, la participación, el respeto a la integridad personal serían solo algunos de esos derechos que, lejos de desaparecer, se convierten en esenciales cuando estamos en las calles, en los parques y en los supermercados, esperando en la fila de una institución, en una sala de reuniones, en los pasillos de las estaciones y los vagones de tren, en las aulas y patios de las escuelas y, por supuesto, también en un plató de televisión o en una sala de comparecencias del Congreso de los Diputados. 

Ninguno de estos derechos es absoluto. Sin embargo, son absolutamente imprescindibles en un sistema democrático basado en los instrumentos de derechos humanos. El derecho al espacio público es indispensable para la sana subsistencia humana y para la convivencia pacífica. El derecho al espacio público resulta especialmente importante para quienes han sido excluidas y excluidos de esos lugares de todos en base a creencias erróneas, estereotipadas y prejuicios infundados. El derecho a ser, estar y desarrollar actividades individuales y colectivas en el espacio público sin miedo ni restricciones es parte de uno de los pilares de un sistema democrático: los derechos civiles y políticos. 

martes, 16 de marzo de 2021

Psiquiatría franquista para la campaña del PP en Madrid

 

Foto: Mánel


¿Desde cuándo, en una democracia plena, ser comunista es una tara? ¿Desde cuándo, desde que Adolfo Suárez lo legalizó, el comunismo se ha convertido en una ideología a perseguir? El nuevo eslogan de campaña del Partido Popular de Madrid resulta inquietante. Esconde un mensaje que, a pesar de no ser nuevo, resulta, en estos tiempos de auge de la extrema derecha, perturbador: comunismo o libertad. 

La idea que subyace en este mensaje, para los afortunados que conozcan algo de la historia reciente de España, nos retrotrae a las raíces más oscuras de la dictadura franquista, cuando esta utilizó la psiquiatría biologicista y la propaganda para alimentar entre la población miedos, prejuicios y obsesiones contra los comunistas y republicanos. Para el franquismo, estos eran los culpables de la degeneración de la raza española. 

martes, 9 de marzo de 2021

Borrar murales feministas, posible delito de odio

 

La réplica del mural feminista de Ciudad Lineal, que se pintó el pasado 6 de marzo junto a la estación de Getafe Central


En los últimos días, y con motivo de la celebración del 8M, en las calles de distintos puntos de España y, especialmente, en la Comunidad de Madrid, los rostros de las mujeres que protagonizan diferentes murales feministas han sido emborronados con pintura durante la noche, a escondidas y parapetándose en el estado de alarma que no han respetado sus autores. Estos actos, que algunos se atreverán a calificar como actos vandálicos, están muy lejos de ser solo eso. Más bien son una señal de alerta de la polarización de los seguidores de extrema derecha que vienen ocupando el espacio público en clara amenaza al orden democrático y los valores sobre los que esté se sostiene.

Este tipo de ataques, aunque sean materiales, cuando están motivados en el rechazo, aversión y odio hacia un grupo diana de las discriminaciones –colectivo vulnerable, en lenguaje de derechos humanos– nada tienen que ver con el vandalismo. Más allá del daño económicamente exigible y reparable, sus autores dejan un mensaje que quiere intimidar y reproduce la violencia que sufre ese grupo diana a nivel estructural. En este caso el grupo diana del mensaje de odio es claro: todas aquellas mujeres que se identifiquen como feministas y/o con los feminismos; y la violencia que reproduce no es difícil de adivinar: la violencia machista que, precisamente, se denuncia en fechas clave como la del 8 de marzo. 

martes, 2 de marzo de 2021

8M: quemar el miedo y cambiarlo todo

Foto: Ana Rey

"Quemar el miedo" es el título del libro que publican estos días las integrantes del colectivo chileno Las Tesis, un manifiesto feminista sobre el arte y la protesta como forma de resistencia. Quemar el miedo, en este tiempo de virulencia de los grupos anti-derechos, declaraciones obscenas y asesinatos machistas, resulta una excelente consigna para exorcizar los demonios (y por qué no, los fantasmas y los males de ojo) Esos demonios que toman posesión, no solo de nuestras vidas precarizadas, nuestro trabajo comunitario o nuestras fuentes de información, sino que amenazan con descaro –como si esto fuera un juego de supervivencia, o ellos o nosotras–  nuestras luchas feministas y nuestra coexistencia plural, diversa y pacífica.

Toca seguir trabajando por deshacer la cultura del silencio, del olvido y la subordinación machista y transmisógina ante quienes quieren criminalizar una fecha o apropiarse de un movimiento. Más allá de la necesidad de hacer de este 8M algo diferente, es un derecho reclamar el protagonismo de ese día para reinterpretar y reencantar el mundo, (como defiende Silvia Federicci) desde otras lógicas y razonamientos distintos a los que nos ha traído hasta aquí, con valores de cuidado diferentes a los del neoliberalismo androcéntrico que hipertrofia el yo y se apropia de la fragilidad humana para convertirla en una bomba de racimo. 

martes, 23 de febrero de 2021

Normalizar la violencia policial citando los Evangelios

 

jlmaral


En estos días que tanto se insiste en condenar la violencia, llama la atención que esté pasando tan desapercibido el uso (sesgado) que ha hecho algún que otro representante político de la extrema derecha de ciertos versículos de la Biblia para alentar a los antidisturbios a usar la violencia contra los manifestantes: "A todo el que te pida, dale" (Lucas 6:30)  

martes, 9 de febrero de 2021

Ley Trans, seguridad jurídica y autodeterminación de género

 

Foto: Marina Liotta para FELGTB y COGAM

Cuando Dinamarca aprobó su ley sobre personas trans, en 2014, y reconoció el derecho a la autodeterminación de género, Amnistía Internacional sacó un comunicado diciendo: "el mundo debe seguir el ejemplo de Dinamarca y su histórica ley sobre personas transgénero". En aquel momento, el país danés –uno de los lugares del mundo donde la igualdad de género mejor puntuación recibe y que hace pocas semanas aprobó una histórica ley que reconoce que el sexo sin consentimiento constituye una violación– fue el primero de la Unión Europea en permitir que las personas trans solicitasen la rectificación registral de su sexo legal sin aportar informes psicológicos, psiquiátricos ni someterse a una intervención quirúrgicas o tratamiento hormonal. 

Casi una década después, el procedimiento legal danés sigue siendo una de las referencias jurídicas a las que mirar a la hora de regular el derecho a la autodeterminación de las personas trans. Dinamarca no es la excepción. Malta, Irlanda, Bélgica, Luxemburgo y Portugal son los otros países de la UE que regulan el reconocimiento legal de género a través de procedimientos cada vez más respetuosos con los estándares internacionales de derechos humanos al reconocer el derecho a la autodeterminación. 

martes, 2 de febrero de 2021

Feminismos en plural, hegemonía en singular

 

Foto: gaelx

En los márgenes de un feminismo hegemónico reproductor de las desigualdades y opresiones del orden político "patriarcado", hay otras identidades feministas que no toman como referencia, única y posible, a la mujer blanca cis occidental y con carta de ciudadanía como "sujeto político". Identidades, movimientos feministas, que, desde una lógica de derechos humanos con mirada interseccional, rompen con los dogmas que –desde los privilegios– buscan por inercia homogenizar un movimiento global y diverso. 

Un movimiento cuyo "sujeto político" no es algo estático ni fijo, ni tampoco viene predeterminado por un texto académico. Más bien es fruto de la historia colectiva de las mujeres. Una historia de experiencias de subordinación y vulneraciones de derechos a la que atraviesan una multiplicidad de creencias, prejuicios y prácticas que impactan en forma de discriminación y violenta en la vida millones de mujeres por ser mujeres, pero también por ser distintas, ser disidentes, ser subversivas... Por ser ellas mismas y por ser parte de una seña de identidad colectiva en la que la desigualdad de género es parte ineludible en la ecuación "opresión", pero no la única.

martes, 26 de enero de 2021

Vandalismo municipal antidemocrático

 


Defender el mural en las calles y, si hubiese hecho falta, defenderlo también en los tribunales. El Pleno del Ayuntamiento de Madrid da marcha atrás y deslegitima la decisión que adoptó una Junta Municipal, hace unos días, de borrar un mural feminista. Una obra colectiva y vecinal que –a juicio de Vox (proponente), Ciudadanos y PP (que votaron a favor)– contenía un mensaje político por retratar a 15 mujeres que lucharon y luchan por la igualdad. Una decisión de eliminarlo que, para el alcalde de Madrid, era tan democrática como, en su momento, había sido la de ponerlo. Un punto de vista alarmante teniendo en cuenta su cargo, su formación y su papel.

La afirmación de Martínez-Almeida es inquietante, casi más que el acuerdo que impulsó la extrema derecha. Lo de Vox no es de extrañar, está muy en línea con su idea de hacer de España un país de imbéciles (que diría Unamuno) y de desmemoriados. Sin embargo, que el alcalde de una capital europea (además de abogado del Estado y portavoz del Partido Popular) banalice con la damnatio memoriae (la condena a no existir) de una obra vecinal dice mucho de hasta qué punto Vox y PP son la misma ideología. Uno hace el papel de poli malo autoritario y el otro hace el de poli bueno neoliberal, y mientras, Ciudadanos no sabe si viene o si va.

martes, 19 de enero de 2021

Trumpistas, afines y allegados

 

Foto: Ninian Reid

Más allá de que el futuro político de Donald Trump resulte todavía una incógnita, el legado que deja como líder político proyecta un horizonte preocupante e incierto, tanto dentro como fuera de Estados Unidos. Seguidores, emuladores y palmeros se han rendido y adherido abyectamente al fascismo espectáculo que representa el estilo de hacer política del multimillonario venido a expresidente. Una gestión caracterizada por su mala educación, las mentiras a sabiendas de que lo son, una masculinidad cruel hacia la gente más frágil socialmente y una personalidad que se enorgullece de todo esto a golpe de likes y acaparando titulares.

Su legado como showman es indiscutible, también lo es como sátrapa. Sin embargo, como ser humano deja mucho que desear a pesar de que Vox pidiera a Bruselas, en el mes de septiembre, que le respaldase como candidato para el Nobel de la Paz.   

martes, 12 de enero de 2021

Vamos a reírnos para alejar a los fantasmas

 

Fotograma de "Mi vecino Totoro" de Hayao Miyazaki

Una peculiar situación en redes sociales con una conocida escritora, a cuenta de un muñeco de nieve con aspecto de Totoro, me ha traído a la memoria una de las frases más conocidas de la mítica película de animación de Miyazaki, 'Mi vecino Totoro': "¡Venga, vamos a reírnos para alejar a los fantasmas!". 

Reírse, quizá esa sea una de las claves para sobrevivir (y quién sabe si vencer) a este temporal de crispación que arrecia con fuerza desde que la derecha descentrada perdió las elecciones ahora hace un año y que, a cuenta de la pandemia y la virulencia del odio que inoculan sus amigos de extrema derecha, empieza a ser insoportable en términos no solo de salud democrática sino también mental. Entre los que cada día están (estamos) más enfadados y los que están (estamos) empachados de tanta crispación, hay un riesgo grave y serio de que la fractura social y emocional tenga consecuencia directa de daño neurológico difícilmente recuperable con medidas económicas o sociales.